Aunque a día de hoy la mecanización en las labores agrícolas es fundamental para obtener rentabilidad, existen tareas que las máquinas no pueden realizar y para las que se requiere la ayuda humana.
En este caso nos encontramos en una plantación de olivos en sistema superintensivo, sistema en el que es esencial guiar al olivo en su desarrollo. Es por este motivo por el que a la mecanización hay que sumar otras labores manuales como ahondar el tutor para afianzarlo y evitar su ladeamiento o caída, poner el protector y amarrar el olivo al tutor.
El afianzamiento del tutor hace que el olivo crezca vertical, cuestión muy importante para todos los aspectos del cultivo superintensivo, desde el mantenimiento hasta la recolección.
El afianzamiento se puede realizar mediante martillo o mediante una herramienta específica llamada estacadora o cencerro, dada la similitud con la forma del cencerro empleado en ganadería.
La estacadora o cencerro es una herramienta de hierro consistente en un tubo sellado por un lado con dos asas laterales. El tutor entra en el tubo y mediante movimientos de arriba a abajo se consigue clavar el tutor a tierra en una posición correcta.