Servicios Agrícolas

para Cultivos de frutales

Podas e Injertos

La poda y el injerto son labores fundamentales en las que las buenas prácticas aseguran la productividad y la calidad de nuestro cultivo, optimizando su rentabilidad.

Poda

poda

En general la poda de árboles frutales tiene por objetivo principal “abrir el palo”, ahuecar el centro de la copa, para que entre la luz, circule el aire y reconducir las corrientes de savia favoreciendo y acelerando la fructificación. Pero también tiene por objetivo controlar su volumen y forma para que todos los árboles de nuestro cultivo gocen de buena salud.

Podar requiere conocimiento y experiencia, y cierta sensibilidad porque se trata de alcanzar el equilibrio entre el vigor y la productividad del árbol frutal. Un árbol vigoroso produce mucha madera y no fructificará, mientras que un árbol que produce mucha fruta acabará muriendo por agotamiento.

Ya podemos adivinar que unas buenas prácticas de poda mejorarán la productividad tanto en cantidad como en calidad y permite optimizar el cultivo en su totalidad.

Distinguimos dos grandes tipos de árboles frutales, de mayor cultivo en nuestra área de influencia:

  • Árboles frutales de hueso: kaki, melocotón, ciruelo y almendro.

  • Árboles perennes: cítricos y olivo.

Árboles frutales de hueso

Tanto el almendro como el ciruelo son árboles que se podan en los primeros años para formarlos y/o guiarlos. En el caso del almendro la podas posteriores recomendamos hacerlas cada dos o tres años sobre todo para que mantengan las dimensiones requeridas dentro de la finca. El ciruelo suele podarse con prepodadora para repasarlos y adaptarlos en dimensiones, y solemos realizar una poda a tijera en invierno para repasar aquello que quedó de la prepodadora.

El melocotón es el único en el que realizamos podas de invierno y verano, así como el desbrote en el momento de la recolección.

Arboles perennes

Los cítricos

tienen poda de invierno o después de la recolección. Dado que el clima de la Vega del Guadalquivir le es muy favorable suelen ser árboles muy vigorosos con alta producción de madera que es lo que se intenta descargar para que se regule la floración. Además en Interpoda buscamos que la recolección sea más sencilla, así además de facilitar la recogida evitamos que los costes de poda no se encarezcan año tras año.

Por regla general en verano se suele realizar la poda de los chupones, la práctica habitual consiste en quitar todos los brotes nuevos y posteriormente preparar las ramas nuevas. Este método tiene el inconveniente de que los chupones suelen reproducirse en mayor cantidad al siguiente verano. En Interpoda la tarea de eliminar los chupones conlleva también una tarea de clasificación y acotado de ramas nuevas, de este modo unimos dos labores y reducimos la reproducción de chupones al hacer menos quita del mismo. De nuevo abaratamos costes en esta labor y favorecemos la salud y productividad del árbol.

El Olivo

Realizamos un procedimiento muy parecido al de los cítricos. Tiene poda de invierno, en verano se quita el esbarillo, labor que realizamos es muy parecido a la quita de chupones, de este modo renovamos el árbol constantemente, dejando su vigor natural y obteniendo una buena calidad de la fruta. También usamos motosierras pértiga, así no eliminamos producción del año venidero manteniendo el follaje nuevo lo que asegura la producción futura.

Injertos

Cuando hablamos de injerto en árboles frutales debemos distinguir dos partes:

  • El patrón que es la base para el injerto.
  • La variedad que es lo que proporciona la fruta.

De este modo para los frutales compatibles podremos disponer de un patrón de un tipo y de una variedad de otro.

Pongamos como ejemplo la familia de los cítricos. Imaginemos que en nuestro terreno y clima el naranjo se adecua perfectamente, pero por cuestiones de mercado preferimos producir mandarinas, que tiene el inconveniente, en nuestro ejemplo, que en este clima y suelo tiene pocas probabilidades de prosperar. La solución podría ser injertar el mandarino sobre patrones de naranjos.

Objetivos:

  1. Permitir la propagación de una variedad o de una mutación de la yema o la semilla.
  2. adaptar los árboles a diferentes condiciones tanto de clima como de suelo.

Beneficios:

  • Asentar y propagar una variedad o especie que de otro modo no se podría conseguir ya sea por cuestiones climáticas o del suelo.
  • Cambiar una variedad por otro atendiendo a las posibilidades de comercialización de la misma.
  • Conseguir árboles más sanos utilizando patrones más resistentes.

Tipos más empleados por Interpoda

Existen muchos tipos de injerta, nosotros en nuestra área de actuación solemos emplear:

Por la forma del injerto:

Escudete

Se separa la corteza del árbol patrón para introducir una porción de corteza con una yema de la variedad deseada.

En plancha

En este tipo de injerto la corteza del árbol patrón no se separa sino que se extrae y es sustituida por una porción de corteza de similares dimensiones de la variedad deseada que contenga al menos una yema. Es empleado frente al escudete para aquellas ramas de mayor diámetro.

En espiga

También conocido como púa o aguja. Este tipo de injerto usa ramas de mayor longitud con los que el número de yemas es superior. Consiste en insertar en injerto con forma de púa entre la corteza y la madera del patrón que previamente ha sido decapitado. Suelen injertarse de dos a cuatro ramas por patrón con o que el crecimiento de la copa es más rápido.

Este tipo de injerto presenta problemas en la Vega del Guadalquivir debido a las temperatura, ya que es un tipo de injerto más propio de zonas húmedas, por lo que en zonas más cálidas la madera se suele secar más existiendo pérdidas de hidratación que pueden hacer que el injerto no prospere. No obstante, si existen casos en que puede ser recomendable. En estos casos lo mejor es practicar los injertos en invierno para que broten en primavera.

por la forma de colocación en el patrón

L invertida

Usamos el modo en L invertida cuando el diámetro de la rama es superior al necesario para usar el injerto en plancha. Presenta la ventaja de dejar al descubierto una parte del patrón con lo que la savia rebosa actuando como fijador y asegurando el agarre. Es muy recomendable en arboledas reacias a los injertos como el pomelo, ciruelo o albaricoque.

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